domingo, 13 de octubre de 2013

LA PERSEVERANCIA


La perseverancia es el aliento o la fuerza interior que nos permite llevar a buen término las cosas que emprendemos sabiamente en el transcurso de nuestro caminar.

Los que son perseverantes tienen una alta motivación y un profundo sentido del compromiso que les impide abandonar las tareas que comienzan, y los animan a trabajar hasta el final.
Para ser perseverantes es una gran ayuda ser también disciplinados, y a la vez decididos en todas sus acciones.

La perseverancia es una cualidad común a las personas de carácter sólido, muchas de ellas líderes en su campo de acción, que lejos de amilanarse frente a las dificultades ó a la adversidad, se engrandecen y redoblan sus esfuerzos, con una gran determinación, para conseguir los objetivos reales que se han fijado.

Si creemos en lo que hacemos y nos armamos de paciencia para sortear los obstáculos que se nos presentan en el camino, si no perdemos de vista nuestras metas futuristas, y a la vez luchamos contra el cansancio ó el desánimo, sentiremos en nuestros ser una incomparable satisfacción, cuando tengamos ante nosotros el fruto de nuestro esfuerzo humano.

PARA SER PERSEVERANTES

1) Ejercitemos diariamente nuestra fuerza de voluntad luchando todos los días contra la pereza, la negligencia y el descuido.

2) Formemos en los niños y niñas con una gran disciplina para que pueden persistir en sus deseos, les dé fortaleza de carácter para que no se derrumben frente a los obstáculos, y una buena dosis de caridad que les permita comprender que en un mundo donde la competencia es tan grande y agresiva, y en la cual sólo tienen éxito quienes más se preparan y más persistencia tienen en sus objetivos.


Los perseverantes son.....pacientes, disciplinados, decididos, valientes, responsables.

LA INCONSISTENCIA

La inconsistencia está muy asociada a la falta de claridad de metas específicas, y a la capacidad de terminar las cosas que se empiezan.

Las personas inconsistentes no asumen con la debida seriedad sus compromisos, y suelen fácilmente abandonar a mitad del camino ó recién comenzadas las actividades que emprenden.

Su fuerza de voluntad es muy escasa, y se dejan llevar con suma facilidad por sus estados de ánimo.

Las dudas, las vacilaciones, los titubeos, los aplazamientos son características de su manera de trabajar, y en la mayoría de los casos echan a perder sus esfuerzos.

Para culminar debidamente un trabajo es necesario hacer acopio de paciencia, constancia y a la vez determinación, de los cuales carecen las personas inconsistentes, quienes rara vez sienten la profunda satisfacción de la labor cumplida a cabalidad, y terminan perdiéndose en la frustración ó la mediocridad.


Los inconstantes son.....faltos de voluntad, caprichosos, impacientes, indecisos, mediocres..

OBSTÁCULOS PARA LA PERSEVERANCIA

1) Los engañosos modelos de éxito y de trabajo que ofrecen algunos triunfadores precoces, que hacen creer a los jóvenes que hay formas fáciles, placenteras y rápidas de ganar dinero, como parecen demostrarlo sus ídolos a través de los medios de comunicación.

2) Los adolescentes que, como consecuencia de lo anterior, buscan explotar su belleza física para conseguir fama y dinero rápidamente, olvidándose quizás de los valores morales que se inculcan a través del esfuerzo, la disciplina y el trabajo arduo.

"Sin prisa, pero sin descanso".
-Johann Wolfgang von Goethe-.


Tomado de: http://www.leonismoargentino.com.ar/INST285.htm

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LA LIEBRE Y LA TORTUGA


En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, porque ante todos decía que era la más veloz. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga.
-¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! -decía la liebre riéndose de la tortuga.
Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.
-Estoy segura de poder ganarte una carrera -le dijo.
-¿A mí? -preguntó, asombrada, la liebre.
-Pues sí, a ti. Pongamos nuestra apuesta en aquella piedra y veamos quién gana la carrera.
La liebre, muy divertida, aceptó.
Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Una vez estuvo listo, comenzó la carrera entre grandes aplausos.
Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando. ¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle a tan lerda criatura!
Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, eso sí, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo.Se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar.
Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Le dejó ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha.
Varias veces repitió lo mismo, pero, a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin detenerse. Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida.
Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.
Aquel día fue muy triste para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría jamás:

"No hay que burlarse jamás de los demás. También de esto debemos aprender que la pereza y el exceso de confianza pueden hacernos no alcanzar nuestros objetivos".


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EL CAMINO DEL GUSANITO


Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un grillito. 

“¿Hacia dónde te diriges?”, le preguntó. Sin dejar de caminar, la oruga contestó: “Tuve un sueño anoche, soñé, que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gusto lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo”.

Sorprendido, el grillito dijo mientras su amigo se alejaba: “¡Debes estar loco! ¿Cómo podrás llegar hasta aquel lugar? - ¡Tú, una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar, y cualquier tronco una barrera infranqueable”. Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.

De pronto se oyó la voz de un escarabajo: “”¿Hacía dónde te diriges con tanto empeño?”. Sudando ya el gusanito, el dijo jadeante: “Tuve un sueño y deseo realizarlo, subir, a esa montaña y desde ahí contemplar, todo nuestro mundo”. El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: “Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa”. El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir. “¡No lo lograrás jamás!”, le decían, pero ni su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.

Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió para a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. “Estar, mejor”, fue lo último que dijo, y murió.

Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.

Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos, de pronto quedaron atónitos, aquella caparazón duro comenzó a quebrarse y, con asombro, vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta.

Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto. Fueron saliendo las hermosas alas arcoíris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. Todos se habían equivocado.

MORALEJA:

"La perseverancia es alcanzar lo propuesto y buscar soluciones a las dificultades que puedan surgir".


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LECCIÓN DE PERSEVERANCIA




EL QUE PERSEVERA, ALCANZA




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